BIENVENIDO/A (Algunos/as por segunda vez)
Más de alguno/a se sentirá identificado por haber escuchado de algún amigo, pareja, compañero o cualquier allegado dirigirse a nosotros diciendo “¡saca eso que me duermo!” o “me estoy durmiendo y encima pones eso”...y así infinidad de frases vinculadas al sueño y refiriéndose “eso” a la música que tan confiados pero de forma humilde habíamos puesto para compartir y disfrutar en conjunto.
Por esas extrañas razones ante ciertas circunstancias, en este caso ante una melodía lenta, armoniosa o tal vez algo de rock sinfónico, la reacción que gobierna es el sueño. Al escuchar una emocionante sinfónia o cualquier obra que encuadre en lo predeterminado del sujeto oyente a asociar con sueño, ésta pasa a ser una obra “aburrida” o para escuchar cuando nos vamos a dormir.
Bandos
Estamos en un bando o en el otro, y en ninguno de los bandos estamos equivocados. En mi caso personal he pertenecido, por lo menos desde que recuerdo, al bando de los linchados
cual bruja en Salem -¡qué exagerado!, dirán - pero si más de una persona de las presentes se encuentra en el bando opuesto podés ser penado o penada con la sanción de ser “persona que no debe poner música”, un estigma que para el amante de este arte resulta poco lógico y descalificador.
Ninguna de las dos personas tiene razón, ni el que puso Pink Floyd en la peña del barrio donde todos querían bailar, ni el que en una reunión de aficionados al blues grita “poneme algo mas movidito para bailar” cuando suena Muddy Waters por los altavoces. Cada individuo tiene su propio sentimiento ante una determinada melodía, y según ese sentimiento la toma como adecuada o no a la situación. Esto es lo ideal, cada cual tiene una opinión formada de la situación propicia para cada ritmo se podría decir, aunque suene algo limitado, pero si es una respuesta predefinida (y no por uno mismo) pierde toda validez. 2
¿Como sabemos si es predeterminada la acción?
Sencillo, al preguntar por qué y cuestionar ese pensar, si es formado desde uno mismo existirá respuesta fundamentada, sino solo una vacilación o una retórica pseudo-explicativa. Esto hace la diferencia -que es grande- cuando hablamos de opinión formada vs. recitado impuesto.
Por esto mismo seria bueno que antes de señalarle a una persona que la música que puso es para dormir, nos cuestionemos por qué decimos que es para dormir, o por qué decimos que es para tal o cual situación:
Esta música es para dormir
Esta música es para bailar
Esta música es para cuando te dejo la/el novia/o
Esta música es para limpiar
Esta música es para coser los jeans azules mientras se calienta el agua par los fideos.
La música no es “para”, es más profundo que eso, va mas allá de una simple finalidad de acompañamiento para una acción o situación, pero ese es mi razonamiento y el o la que encasille música a cierta acción y pueda explicarlo, estará en igualdad de condiciones, ya que tiene un pensamiento distinto pero al explicar por qué ese pensamiento, ha reflexionado y eso es lo importante.
Saquémonos los prejuicios, reflexionando para tener una opinión válida. No válida porque alguien impone esa validez, sino porque podemos explicar nuestro pensamiento con fundamentación.